LA CREATIVIDAD Y LA INTELIGENCIA
El baloncesto empieza en la cabeza, por lo tanto, cultivar la cabeza favorece el aprendizaje baloncestístico.
Casi siempre las acciones nacen primero en la cabeza, los buenos jugadores han imaginado muchas horas de baloncesto.
El jugador inteligente ve oportunidades para ser más eficaz donde los demás no ven nada.
Los jugadores inteligentes son capaces de esconder la acción que realizarán a continuación: primero disimulan y después cambian de ritmo.
El jugador inteligente domina la música del juego jugando con las pausas adecuadas.
JUGADOR INTELIGENTE: Aprende del acierto del otro, lee el mensaje del error, busca oportunidades en los problemas, está atento y es paciente.
Desde lo alto de un cocotero un mono arrojó un coco sobre la cabeza de un sabio. El hombre lo recogió bebió el dulce jugo, comió la pulpa y se hizo un casco con la corteza.
Anthony De Mello